Hace una semana asistía al acto de jura solemne del nuevo letrado y compañero Pascual Chinchilla. Me correspondió como padrino dirigir unas palabras a las autoridades, compañeros, familiares y amigos allí presentes. Terminé mi discurso recordando un decalogo de un prestigioso jurista uruguayo Eduardo Couture acerca de la profesión de abogado. Llegado el momento recomendaba ser paciente: El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración. Añadí de cosecha propia que el derecho no ponía parches. Los parches se terminaban cayendo. Esta tarde atendía una consulta de un cliente con un problema enquistado y sin resolver desde hace años, por lo que yo he entendido como un mal consejo de un profesional, que dejó en la indefinición una situación y que ahora se vuelve a plantear. El derecho no pone parches y los profesionales debemos amputar el problema tan pronto lo detectamos. Arte Jurídico