Adopciones internacionales, un nuevo escenario

La vía de necesidades especiales se configura como una muy buena opción para las familias que desean adoptar un menor fuera de España.

Vivimos en uno de los países del mundo con la tasa más alta en adopciones internacionales. La adopción internacional en España es una realidad que nos acompaña y con la que nos encontramos familiarizados. Todos estamos acostumbrados a ver en nuestros colegios, en nuestros parques, en nuestros pueblos y ciudades a niños de otras culturas y de otros países adoptados por familias españolas.

No obstante, vivimos un momento en el que las adopciones internacionales están cayendo en picado.

En los últimos tiempos es común abrir los diarios regionales y nacionales y leer noticias relacionadas con el descenso abismal que vienen sufriendo las adopciones de menores en otros países del mundo.

Detrás de todos estos datos y frías estadísticas, los que nos dedicamos a esto trabajamos con un componente emocional que a veces resulta complicado y difícil. Y es que, a pesar de nuestra profesionalidad y los años de experiencia, es duro trabajar en un ámbito en el que sabes que existen tantísimos millones de niños sin hogar en el mundo, siendo plenamente conscientes de que las complejidades reinantes no permiten encontrar una familia para cada uno de ellos. Niños que se hacen mayores, que han crecido esperando y soñando tener una familia, millones de niños anónimos que no conocen la calidez de un hogar.

También es duro atender multitud de llamadas y visitas de personas ilusionadas que se inician en el proceso de la adopción y que pronto descubren las enormes dificultades que puede conllevar el proceso y que a veces incluso, en determinadas circunstancias, ven como sus posibilidades se reducen drásticamente. Ilusiones truncadas de buenas personas con buenos hogares que ofrecer que se ven obligados tras años de espera y esperanzas a poner fin al proceso o personas que, directamente, no han podido ni llegar a iniciarlo.

¿Qué ocurre en este mundo para que tantos niños sin un hogar y tantas personas deseosas de ofrecérselo no puedan encontrarse y formar una familia?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que un proceso de adopción internacional es algo bastante complejo. En un proceso de adopción internacional confluyen dos ordenamientos jurídicos distintos de dos países que además, suelen ser muy diferentes. De esta forma la adopción internacional se convierte en una institución bastante complicada, ya que han de cumplirse los requisitos legales exigidos tanto en el estado de origen del menor como en el estado de recepción, en este caso España.

Por otra parte, existen muchos países con menores en situación de desamparo y orfandad, pero no existen tantos que garanticen que los procesos de adopción internacional se van a llevar a cabo respetando todas las garantías, lo que lleva a que en la práctica, el número de menores adoptables en el mundo a través de un proceso seguro es infinitamente menor que las familias que desean adoptar un niño.

Para garantizar que los procesos de adopción se realicen respetando los derechos de los niños y prevenir su sustracción, venta o tráfico, en 1993 se aprobó en La Haya un convenio que regula el sistema de cooperación internacional en esta materia. España ratificó dicho convenio el 1 de agosto de 1995.

En España las adopciones internacionales gozan de un componente público y privado. Esto es así ya que las entidades colaboradoras en adopción internacional trabajamos cogidas de la mano de las administraciones públicas. Ello hace que los procesos de adopción internacional que se llevan a cabo en nuestro país, en líneas generales, gocen de un plus añadido que garantiza la transparencia y seguridad a la hora de adoptar un niño.

Las personas que trabajamos en este mundo lo hacemos a través de asociaciones sin ánimo de lucro, a diferencia de otros países occidentales. Además, en nuestro país, nuestras autoridades sólo permiten realizar adopciones con aquellos países que se consideran completamente seguros.

Sin embargo, en los últimos años, los procesos de adopción internacional en los países que gozan de estos sistemas seguros y transparentes han venido endureciendo los requisitos y tornándose cada vez más complejos. De hecho, la mayoría de estos países ha modificado sus legislaciones y casi blindado las adopciones.

Así, existen países como China o Rusia cuyos procesos de modernización cultural y económica han llevado a reducir notablemente durante los últimos años el número de menores adoptables por extranjeros al ofrecer adopciones en su propio país así como acogimiento familiar, y al existir una menor tasa de abandono. Además, cada país tiene una casuística distinta. Filipinas, por ejemplo, con cientos de miles de huérfanos en sus calles, se ven obligados a cerrar y paralizar procedimientos por carecer de los suficientes medios y personal para atender todas las peticiones. O países como Kenia que exige estancias de muchos meses en el país de origen, lo cual es inviable para una buena parte de las familias solicitantes.

La administración española también ha suspendido o limitado la tramitación con algunos países hasta tener garantías de que el proceso se complete en condiciones de absoluta seguridad.

Por último, la crisis también ha hecho mella en el número de adopciones internacionales que se tramitan actualmente en nuestro país. Un expediente de adopción internacional conlleva una serie de costes (tarifas previamente aprobadas por las respectivas Comunidades Autónomas) a los que hay que añadir el desembolso por uno o varios viajes.

En este escenario cabe plantearse hacia donde se dirige la Adopción Internacional.

El futuro de la adopción internacional
Hoy por hoy, a pesar de que la gran mayoría de las familias desean un niño lo más pequeño posible, preferiblemente bebé, sano, y sin ningún tipo de problemas, el perfil de los niños adoptables ha cambiado. Una buena parte de ellos son niños con necesidades especiales, o bien tienen patologías o son un grupo de hermanos o son mayores. Así pues, cualquier persona que esté interesada en adoptar un niño de otro país habrá de saber que la vía ordinaria está prácticamente agotada y deberá reflexionar y considerar seriamente la posibilidad de adoptar un niño que sea un poco mayor o con alguna patología o dificultad o bien la posibilidad de adoptar un grupo de hermanos.

Esta vía, popularmente conocida por Pasaje Verde (nombre que se le da en China a la vía de necesidades especiales, pionera en la adopción de estos menores, pero que recibe otros nombres en otros países), es actualmente una muy buena opción para aquellas familias que desean adoptar fuera de España, ya que en los orfanatos hay niños con miles y miles de patologías, desde pequeñines que sufren alguna enfermedad leve o fácilmente recuperable en nuestro país aplicando el tratamiento adecuado hasta niños con enfermedades más graves. En países como China o Vietnam, además, es la propia familia la que limita el tipo de patología que está dispuesta a asumir en un pequeño.

Se trata además una vía que, hoy por hoy, no se encuentra masificada permitiendo completar el proceso de adopción incluso en unos pocos meses, aunque como todos sabemos, los plazos de un proceso de adopción siempre pueden variar.

Por último, es importante ressaltar que las ECAIS venimos luchando y reclamamos a nuestro país que nos apoye en la búsqueda de nuevos países que reúnan todas las garantías para el menor y que favorezca su apertura. Y es que en España está prohibido adoptar hasta en 45 países en que sí pueden hacerlo otros países de nuestro entorno.

El modelo no está agotado pero sí está en un profundo proceso de transformación. Modelo al cual todos, profesionales, autoridades, administraciones y futuros padres tendremos que adaptarnos para encarar los nuevos tiempos y nuevas circunstancias, algunas de ellas adversas.

Por nuestra parte, como profesionales continuamos con gran ilusión y esfuerzo este emocionante camino que iniciamos hace ya bastantes años y que nos ha dado tantos finales felices y la enorme satisfacción de haber encontrado hogares maravillosos a niños que lo necesitaban tanto. No hay nada más bello que ver crecer a estos niños, ver sus enormes sonrisas, sus caritas de felicidad y las de sus orgullosos papás y saber que por baches y complicaciones que puedan surgir en el camino, seguiremos cooperando para hacer de este mundo un lugar un poquito más justo.

*Mónica Pérez Sánchez.

Abogada de Familia y Coordinadora de la Delegación en Murcia de ACI-Asociación para el Cuidado de la Infancia.

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